sábado, 24 de abril de 2010

PORTADA DEL LIBRO


INTRODUCCIÓN

Un pavo real en el reino de los pingüinos es una obra que aporta una nueva perspectiva al muy discutido tópico de la diversidad en el lugar de trabajo. Mostrando qué puede pasar cuando tratamos de expresarnos abierta y valerosamente en un medio creado por ejecutivos y gerentes que ven el mundo desde una perspectiva muy diferente.


Esta fábula corporativa, basada en la experiencia de personas reales, relata aventuras de Pedro, el pavo real, y otras aves exóticas al tratar de abrirse camino en el Reino de los Pingüinos. Es un relato sobre los peligros y las posibilidades de ser “diferente” en un mundo que valora la comodidad, la seguridad, y la previsibilidad de la conformidad. Un pavo real en el reino de los pingüinos arroja una nueva luz sobre el tema: la diversidad de la fuerza laboral. Esta "fábula corporativa" contemporánea es eco de aquella historia que se desarrolla día a día en muchas organizaciones del mundo: cómo manejar la cada vez mayor diversidad de la fuerza laboral, captar su talento, su energía y el compromiso de todos los empleados.

RESUMEN DEL LIBRO


UN PAVO REAL EN EL REINO DE LOS PINGÜINOS

Barbara “BJ” Hateley.
Warres H. Schmith.                                                




Érase una vez, y no hace mucho de eso, que los pingüinos, aunque no siempre sabios y estimados, dominaban muchas tierras en el mundo de las aves. Casi todas las cosas, y en especial las empresas, en el reino de los pingüinos se diferenciaban poco entre sí, de forma que todos los ejecutivos y gerentes de este gran reino, que además siempre eran pingüinos, no se diferenciaban mucho entre sí no sólo en su forma de vestir sino también en la de ser y pensar. No sucedía así con los obreros de este vasto reino quienes en su totalidad estaban integrados por bandadas de pájaros de los más variados tamaños, colores y caracteres provenientes de todos los confines del planeta.

En este gran reino, para que un obrero pudiera escalar era absolutamente necesario que previo a ello recibiera un adiestramiento que le permitiera parecerse lo más posible a los pingüinos, tanto en su forma de vestir, de ser y de pensar aun cuando era conocido que hasta ese momento en el país de los pingüinos nunca un ave que no fuera pingüino logró alcanzar un puesto de importancia.

Un día a los pingüinos de mayor conocimiento les dio por recorrer otros lugares donde conocieron otras aves que a pesar de no ser pingüinos tenían una gran capacidad gerencial, de allí que acordaron llevarlas con ellos a fin de que pudieran poner en práctica sus conocimientos y así lograr un mayor desarrollo de pinguinolandia y fue así como Pedro el Pavo Real fue a parar al reino de los pingüinos.

Pedro, a pesar de ser todo lo contrario, en cuanto a su forma de ser y pensar, a lo que puede ser un pingüino modelo era lo que se dice un ave talentosa que manejaba ala perfección todo lo relacionado con la actividad gerencial.

En un principio Pedro se cuidó de no ser ostentoso y sólo de vez en vez alzaba alguna que otra pluma para impresionar a los pingüinos, tenía la esperanza que cuando alcanzara un triunfo total los pingüinos lo aceptaran totalmente y entonces podría desplegarse en todo su esplendor. En su país natal las cosas eran diferentes a las de aquí, habían miles de tipos de aves, muy ingeniosas, por lo que había que trabajar mucho, aprender rápido y ser ingeniosos para poder triunfar, el lema era imagina, intenta, prueba, realiza y para lograr introducir los cambios y progresar debían valerse de la discusión, el debate y el enfrentamiento, lo que en ocasiones provocaba roces y peleas, pero todas las aves tenían las mismas posibilidades de mostrar su valía, de forma que a Pedro, que estaba acostumbrado a trabajar duro, pelear por sus ideas y a competir, le chocó la monotonía del reino de los pingüinos.

En un principio Pedro no tuvo dificultades pero al paso del tiempo a muchos pingüinos les empezó a molestar su forma de ser, que si las plumas brillaban mucho, que si la voz era muy alta, etc. Otros por el contrario lo valoraban en toda su extensión y lo acogían con entusiasmo, de forma que hacían todo lo posible por ayudarlo a ser un pingüino más pero Pedro no entendía por qué debía cambiar para que lo aceptaran – Porque las cosas son así aquí, le respondían sus amigos de pinguinilandia.

En igual situación que Pedro se encontraban otras aves que habían sido contratadas junto con él. Todos se habían esforzado por copiar el estilo de los pingüinos pero no lograban de ser lo que eran, además se habían dado cuenta de que los pingüinos marcaban su territorio, imponían la ley del más fuerte y se agraviaban cuando otro tipo de ave trataba de ser parte del clan sin haber sido invitado. Los pingüinos decían, “somos partidarios de la diversidad” pero sus acciones los traicionaban, es por ello que estas aves decidieron emplear diferentes estrategias dirigidas provocar el cambio en sus jefes como:

Estrategia de apoyo Cuando el jefe aceptaba alguna buena idea se la machacaban diciéndole “Aprecio mucho su buena voluntad para ensayar algo diferente. Su apoyo me recompensa y hace que mi trabajo sea más interesante...”

Estrategia de la ilusión Le enviaban al jefe, regularmente, recortes de revistas con una nota que decía “Como conozco su interés por el tema X pensé que sería de su agrado este artículo que publica la revista Y”

Estrategia de ignorancia calculada Cuando les pedían que tomaran una decisión importante ponían cara enigmática y describían el camino que debían seguir para llegar al resultado, sin brindar el resultado en sí.

Estrategia del aprendizaje seguro. Mencionaban de forma casual sus ideas en medio de conversaciones desprevenidas e informales plantando así sus ideas, las que eran nutridas lentamente con posterioridad.

Estas estrategias para cambiar la forma de hacer las cosas eran recibidas con oposición y papeleo y sus ideas y esfuerzos eran desaprobados y rechazados, de forma que las aves raras aprendieron que la cultura del país estaba profundamente arraigada, las estructuras y sistemas eran rígidos, las políticas y procedimientos garantizaban la continuidad de las costumbres de los pingüinos, en resumen, el estilo de trabajo desarrollado por los pingüinos durante años no podía ser cambiado fácil ni rápidamente.

Los pingüinos también estaban ante un problema, ¿cuánta diversidad podían tolerar en su país para poder mantener su propio nivel de comodidad?, además ¿estas diferencias no harían peligrar su armoniosa cultura corporativa?, en definitiva llevaban años de prosperidad siguiendo sus tradiciones y por ello eran reacios al cambio

Por todo lo anterior es que un día ocurrió lo que tenía que ocurrir, la aves exóticas decidieron abandonar, una a una, el país de los pingüinos y radicarse en el Reino de la Oportunidad. Este era un lugar donde ni los trabajadores ni los jefes perdían su tiempo y energía tratando de aparentar lo que no eran, sabían que para lograr el triunfo era necesario la aceptación y la confianza, todas las aves podían expresar sus criterios libremente y ese intercambio de opiniones garantizaba que el sistema mejorara constantemente. Lo mejor de todos es que los trabajadores confiaban en sus jefes, quienes habían llegado a esa posición por su talento, inteligencia y capacidad por lo que el conocimiento que compartían las hacían sabias, y su sabiduría las hacía triunfar.

Y así las aves comprendieron que el Reino de la Oportunidad es ante todo un estado mental, una actitud de estar abierto a ideas nuevas, estar dispuesto a escuchar, tener avidez de aprender, deseos de crecer y ser flexible ante el cambio, es una forma de relacionarse, es cuando nos permitimos a nosotros mismos y a los demás ser lo que verdaderamente somos.